martes, 12 de mayo de 2009

Remordimientos

Llevabas muerta cinco días cuando apareciste en la ventana como enmarcada, con la mirada fija y los ojos ensangrentados. La sensación que recorrió mi cuerpo fue de espanto.
-¿Cómo puedes estar aquí si estás muerta?- grité y sacando de mí el escaso valor que me quedaba, me acerqué. Sonrió y vi reptar gusanos de su boca, entonces pregunté asustada:
-¿Qué quieres de mí? ¡Vuelve a tu tumba!
-Hace frío, ábreme- contestó
Cerré los ojos de miedo y al abrirlos ella había desapareció. Ya tranquilizada, recordé que nunca llegue a devolverle su calefactor y pensé en voz alta -Que descanses en paz

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