martes, 19 de mayo de 2009

Maquillando a la muerte

Entonces reconocí la mirada de la fotografía. Aquel caso me tenía perturbado, llevábamos ocho cuerpos hallados con el mismo patrón de ensañamiento. Aunque en este último había dejado esa foto que no dejaba descansar mi mente. Unos aterrados ojos verdes que llevaba examinando semanas hasta que hallé un reflejo en ellos que me intrigó. Pude deducir que era el destello de un flash y detrás de él, una casi inapreciable silueta.
-¡Si!- exclamé-¿cómo no vi antes esa imagen?
Salí corriendo al depósito de cadáveres y allí estaba el tanatopráctico inmortalizando la mirada de su moribunda víctima número nueve. (M. Cas)

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