martes, 12 de mayo de 2009

El prisma de cristal

Los niños jugaban a atrapar la luz que traslucían las flores de las macetas que colgaban del balcón del caserío. Luis, sentado en su silla de ruedas, observaba como se divertían.
Laura, su hermana, imaginó lo que estaría sintiendo cuando se le ocurrió una idea y se encaminó a su habitación para recoger un objeto de cristal. Al regresar donde estaba Luis y sin preguntarle, le acercó un tenue rayo de sol en el cual interpuso el prisma de cristal; que al atravesarlo arrojó un haz de luz en sus piernas que se transformó en un arco iris. Alegró su rostro, se miraron y sonrieron juntos.

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