Ninguno terminamos Derecho. Eso no fue impedimento para que cada quinquenio nos siguiésemos reuniendo. Nos unieron nuestras ganas de soñar y de dejar volar nuestra imaginación. Ocupábamos un antiguo caserío abandonado para nuestras reuniones, cercano a la Universidad y allí practicábamos todo lo imaginado; sin prejuicios. Miré el calendario: marzo, mes donde todo florece. Llega el día.
Todos juntos otra vez, empezamos a poner sobre la mesa lo que cada uno traíamos: música, cuentos, poemas, delirios y divagaciones, antifaces, esposas, alguna corbata y disfraz, velas, aceites, lo que parecía un columpio… y algo de comer.
¿Sueñas tú?martes, 12 de mayo de 2009
La realidad de los sueños
Ninguno terminamos Derecho. Eso no fue impedimento para que cada quinquenio nos siguiésemos reuniendo. Nos unieron nuestras ganas de soñar y de dejar volar nuestra imaginación. Ocupábamos un antiguo caserío abandonado para nuestras reuniones, cercano a la Universidad y allí practicábamos todo lo imaginado; sin prejuicios. Miré el calendario: marzo, mes donde todo florece. Llega el día.
Todos juntos otra vez, empezamos a poner sobre la mesa lo que cada uno traíamos: música, cuentos, poemas, delirios y divagaciones, antifaces, esposas, alguna corbata y disfraz, velas, aceites, lo que parecía un columpio… y algo de comer.
¿Sueñas tú?
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