martes, 12 de mayo de 2009

La magia de Halloween

La serpiente me quedó más gorda de lo previsto, le dibujé tan grande la cabeza que sin darme cuenta pasó de ser un vulgar reptil a ser un basilosaurus, que en sus fauces devoraba al capitán de la galera; y esta, parecía en proporción una balsa que navegaba en un charco. Pareciéndome horroroso el dibujo, lo tiré a la basura. Mi hermano Daniel, al verlo, pensó que podía ganar el concurso del cartel de Halloween. Días más tarde atónita vi en un muro mi espantoso dibujo. Simultáneamente sonó mi teléfono; era Dani diciéndome que era una artista. Sólo pude balbucear: -Vaya, no era tan grande la cabeza.

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