martes, 12 de mayo de 2009

La bicicleta de Juan

Algún día se enterarían de quién era el que movía el espejito. Habían descubierto una cueva donde pasarían la tarde jugando. El pequeño Juan siempre era un incordio y lo dejaron en casa malhumorado. Equipados con una linterna se adentraron temerosos en la cueva. Cuando a mitad del camino tropezaron perdiendo su única iluminación. Intentaron buscar la salida sin conseguirlo. Desesperados pensaron lo peor cuando un rayo de luz les indicó el camino. Una vez fuera encontraron un espejito en el suelo, imaginaron que fue lo que reflejó la luz. Por el camino se encontraron a Juan en su bicicleta. Diego al verla, dijo asombrado: -¡Le falta el espejo a su bici!

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