martes, 15 de diciembre de 2009

El silencio de las palabras no dichas
hieren en el alma más digna.
Palabras que salen del corazón
y mueren en el olvido.
El desear con fuerza arde en el interior
... rompe las cadenas y libera.
Mas si deseas y no sientes
mueres sin pena.
Las hojas caerán en invierno
y nacerán en primavera
el viento azotará en otoño
alivio te dará la brisa fresca en verano.
Pero sin deseos nada vive
sin palabras gritadas en susurros, nada hace vivir
Cuatro estaciones viví
y aquí muero en silencio
digamos que es por Ti.
(Manuel Cas)


No podrás tapar con el pulgar el sol

cuando escuches hablar de mi
Sin embargo, verás como las gotas de lluvia

resbalan en mi ventana

cada día, cada mañana.

Se empañarán esos cristales con tu deseo echo realidad,

mas nada nublará nuestros anhelos
No habrán nubes ni tormentas que entorpezcan
cada beso que sintamos Nuestro
ni Dios ni el fantasma del abismo lo podrán evitar
porque ambos somos esencia de Amor
algo que está escrito ya.

Miras el reloj

sin miedo al tiempo
Verás crecer la flor
que juntos sembraremos
Naceran mil días de gloria
y con ellos nuestras victorias
Así el mundo ganará por estar tú en él
y yo para poderte admirar.

(Manuel Cas)

jueves, 10 de diciembre de 2009

Fan

Ni subido a una escalera conseguiría besarte ya que nunca reparaste en mí como el hombre de tu vida. De adolescente miraba absorto tus fotografías y me preguntaba por qué me tuve que enamorar de ti. Cuando salíamos del instituto acompañaba a tu hijo como pretexto para escudriñar tu casa para verte. Siempre que iba al teatro me sentaba en la primera fila esperando que me dedicaras una sonrisa que nunca llegó. Hoy me doy cuenta que mi amor por ti era imposible, pero cuando subo a un escenario quiero ser como tú aunque no lo consiga, para que me amen como yo te he amado. (M. Cas)

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Ni subido a una escalera conseguiría besarte. Puedo verte, sentirte, continúo deseándote como el primer día que te vi, pero no puedo alcanzarte. Cuando abres tus ojos al despertar ya estoy ahí observándote, recorro contigo tus pasos cada día y me deleito cuando esbozas una sonrisa, pensando sí continúan siendo para mi.
“Recuerda que me las regalastes todas un día” te digo creyendo que puedes oírme.
Nunca imaginé, aunque esté mal pensarlo, que desearía con tanto anhelo que llegue el día en el que tú subas las escaleras del cielo para darme un beso.