jueves, 6 de mayo de 2010

Fantasías marcianas

Hasta que decidimos volver a colgarla en la pared, una foto que aparecíamos todos los hermanos. Retrocedí a mis tres años cuando en mis primeros pinitos como gimnasta, me rompí el brazo dando una voltereta en un sillón. Mis lloros cesaron cuando llegamos a lo que parecía otro planeta, donde unos marcianos vestidos de verde me miraban y sonreían. Después me subieron en una nave espacial para hacerme fotografías con luces resplandecientes. El viaje acabó cuando un extraterrestre de bata blanca me dijo que no podía mover el brazo dejándolo como un guante blanco, pero a cambio me dio una piruleta. Miro la foto y entiendo porqué soy astronauta.

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