jueves, 6 de mayo de 2010

El pavo real

Hasta que decidimos volver a colgarla en la pared la pluma de pavo real que nos regaló el chico guapo, encargado de las pajareras del zoológico.
La quitamos porque aquel círculo de colores, por la noche parecía tomar vida, como si fuese un ojo. Dialogamos que era lo que nos hacía sentir aquella pluma. Pensé que a todas nos daba miedo, pero comprendí que ese círculo celeste nos recordaba a los ojos de aquel chico, aunque todas lo negábamos. Lo que no sabían mis hermanas era que él me había regalo una alianza de compromiso, que por cierto ahora que lo pienso, es idéntica a las que ellas tienen. (M.Cas)

No hay comentarios:

Publicar un comentario