lunes, 14 de marzo de 2011

Relatos en cadena

Con este amargor tan extraño que va consumiendo mi honradez, cada vez que tengo que elegir un microcuento ganador y que nunca es el que mi conciencia me dicta, sino el que mejor le conviene a la sociedad mercantil. Que bajo las intenciones culturales se camufla para negociar la literatura según su interés. No conformándose, le dan publicidad a bombo y platillo para aparentar profesionalidad. Pero esta vez me negaré a seguir saboreandola mierda de la falsedad porque enviaré este microcuento anónimamente a mis jefes; seguro que este no ganará, pero al menos sabrán que la semilla ya está sembrada. (Manuel Cas)

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