viernes, 18 de marzo de 2011

Engaño

Totalmente convencida caminaba con paso firme hacia el lugar de encuentro. La emoción la envolvía más cuanto más cerca estaba. En cierta forma, quería pasar desapercibida pero su vestimenta exótica y sensual lo hacía imposible. El temor a que su marido la viera aumentaba su determinación por aquel encuentro y más si la veía con su cita. Una vez llegó se dieron un abrazo y un par de besos, aquella mujer que la esperaba era muy bella y elegante. En cuanto le enseñó el catálogo de bocetos de ropa, sólo pudo decir "su marido es un artista de la moda, lo contratamos" (Manuel Cas)

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