sábado, 17 de abril de 2010

La esfera mágica

Mañana va a llover- dijo mientras acariciaba aquella bola de cristal, que emitía unos rayos azulados al roce de su tacto, que se prolongaban unos centímetros más allá de su propia mano. Después me dijo que a la luz de una llama encontraría el verdadero amor y sería feliz para siempre. La miré a sus ojos y quise decir lo que pensaba, pero antes con mis pies tiré del cable que transmitía corriente a aquella esfera y nos quedamos a oscuras. Saqué el mechero de mi bolsillo, lo encendí y le dije: -Mi amor eres tú, que buena bruja eres. (M.Cas)

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