jueves, 8 de abril de 2010

Flechazo en carnaval

¡Imbéciles! Retumba en mi mente el recuerdo de sus gritos, mientras la rescataba de una bandada de palomos, que la incordiaban levantándole la falda. Sus coletas, la falda de tablas y la mirada por encima de sus gafas, no delataban los treinta años que tenía. Fue coincidencia que yo fuese vestido con toga y birrete. Se acerca el tiempo pagano de cuaresma y empiezo a pensar que le propondré este año, algo donde ella lleve faldas como ir de sacerdote y monja o de señorito y sirvienta, con la sorpresa de que pareceremos dos imbéciles celebrándolo en los carnavales de Cádiz.

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