domingo, 17 de enero de 2010

Jubilación anticipada

Lamentarán el error del año pasado. No saben aún la información que tengo sobre los productos de la pirotecnia. Me alegro de padecer el síndrome de Diógenes, algún día llega su utilidad. Sospecho que por eso me miran extrañamente cuando por las tardes, mientras el perro se pasea, yo me entretengo tirándole piedras a una charca para ver como caen por el terraplén. Con sesenta años, tirando piedras y pensando lo poco quedaba para que me jubilasen. Hoy cogemos el mismo vuelo con mi exjefe.
“Bien, acabo de pasar el control del aeropuerto. Ahora esperando a que despeguemos y zas, a volar por los aires”

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