miércoles, 3 de febrero de 2010

La cotorra

Aquí vinimos a descansar dijo la tía Antonia mientras se acomodaba en el sofá. Sin dar tiempo a reaccionar, como si trajera aprendida la lección, empezó a criticar a la familia sin parar. A veces, alternaba pidiendo un café y unas galletas y mi prima la pobre intentaba decir algo pero no lo conseguía. Ambas la mirábamos estupefactas, esperando que las galletas la frenaran. Cuando hizo una pausa para respirar, aproveché para decirle que la novela que tanto le gusta empezaba y encendí la televisión. Mi tía sin más nos mandó callar para verla. Fue entonces cuando el verdadero descanso llegó.

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