miércoles, 9 de diciembre de 2009

Ni subido a una escalera conseguiría besarte. Puedo verte, sentirte, continúo deseándote como el primer día que te vi, pero no puedo alcanzarte. Cuando abres tus ojos al despertar ya estoy ahí observándote, recorro contigo tus pasos cada día y me deleito cuando esbozas una sonrisa, pensando sí continúan siendo para mi.
“Recuerda que me las regalastes todas un día” te digo creyendo que puedes oírme.
Nunca imaginé, aunque esté mal pensarlo, que desearía con tanto anhelo que llegue el día en el que tú subas las escaleras del cielo para darme un beso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario