sábado, 3 de octubre de 2009

Un brindis para tres

Creen que es alergia, pero es amor lo que mis ojos transmitían cuando ell estaba cerca. Cuando hablaba mi estómago se removía y su mirada me hacía sentir único. No me importaba que estuviera casada; mi corazón no entiende de estado civil.
Su marido es nuestro jefe y me miraba cuando estaba con ella. Un día nos tocó trabajar juntos, me tenía preocupado disimular aquella felicidad. Sin querer rocé su mano y no miramos en complicidad. Ella me la cogió y me dijo:
- Mi marido y yo, deseamos que vivas con nosotros.
-Sí quiero- dije sin dudar.
Aquel día el sol nació de nuevo para mi. (Manuel Cas)

No hay comentarios:

Publicar un comentario