jueves, 11 de junio de 2009

Temporales

Llovía afuera y yo sin paraguas. Me cogía desprevenida cada vez que él salía por la puerta y me quedaba pensando lo que tardaría en volver empapado. Los truenos y rayos que caían fuera, no eran lo que más miedo me daban sino las tormentas que había en casa esos días. Después de escuchar el portazo me tumbaba en el sofá y pensaba en solucionar esas desavenencias producidas por temporales externos. Luego soñaba despierta con nuestros mejores momentos vividos, convenciéndome que merecía la pena seguir luchando hasta llegar a dormitar. Seguidamente era el girar de la llave lo que me despertaba, pero esta vez... continuo soñando.

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