miércoles, 5 de octubre de 2011

Superviviente

Son las doce horas, un minuto y quince segundos. Tenemos que empezar el bombardeo para apoyar a la infantería. Proporciónale comida a eso cañones. Apuntar a la loma. ¡Moveos traed más proyectiles! ¡Fuego!...

Me relataba mi abuelo, que había sido sargento en la guerra, mientras engullía las cerezas escupiendo los huesos al compás de los obuses.

-Daniel, hay que comer cuando se halle, que yo he pasado mucha hambre. Me decía con marcialidad. Había escuchado cientos de veces sus hazañas y cuando terminaba, miraba las necrológicas, recortando las conocidas para guardarlas en su cajita. Para él, eran como un álbum de fotografía que le transportaba al pasado.

Manuel Cas.

Dedico este microrrelato al abuelo de una persona, la cual ha sido muy importante en vida y a la que le estoy muy agradecido. Por exceso de palabras hubo una frase que se me quedo en el tintero, y fue: Mi madre estando en el frente me envío una carta en que entre otras cosas me decía " Hijo mío, no fumes que el tabaco mata" ya su bisabuela era una adelantada a su época, creo que hubiese sido una buena investigadora, hoy día todos los paquetes de cigarrillos lleva inscrito esa mismas palabras. De todas forma, lo ese en siguente relato.

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